Entrevista / Gonzalo Delamaza, investigador CEDER “Estamos viviendo el cierre de una etapa”
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Gonzalo Delamaza es doctor en sociología de la Universidad de Leiden (Holanda), y referente nacional en temas de participación ciudadana. Prefiere no hablar de “casos emblemáticos”, más bien considera que las acciones comunitarias de base tienen tanta o más importancia que las grandes luchas derivadas de conflictos mediáticos como los que se vivieron en Punta de Choros (2010), Magallanes (2011) o Freirina (2012).

A su juicio, es necesaria una nueva constitución, pero tiene claro que esa no es la receta mágica para solucionar todos los problemas que existen en el país. Para él es necesario que exista mayor articulación e instancias de diálogo entre las organizaciones para fortalecer a una sociedad que hoy se encuentra muy debilitada.

El suplemento «Temas de Domingo» del Diario El Centro de la Región del Maule entrevistó al Dr. Delamaza, investigador del Centro de Estudios del Desarrollo Regional y Políticas Públicas (CEDER) de la ULagos.

¿CUÁL ES EL DIAGNÓSTICO QUE USTED HACE DEL CHILE ACTUAL?

“Yo creo que estamos viviendo el cierre de una etapa, un ciclo que está marcado por el proceso político que significó salir de una dictadura y levantar una democracia que se organizó sobre la base de evitar grandes transformaciones, manteniendo una estructura económica que produce muchos conflictos y un sistema de relaciones sociales que debilita mucho la sociedad. Eso durante mucho tiempo tuvo gran estabilidad, pero desde hace algunos años la sociedad empezó a manifestar descontento activo respecto de esa situación. En realidad, el malestar era anterior, pero no tenía un canal de expresión de esa manera y ahora sí se ve una mayor disposición a protestar, exigir derechos, manifestarse, etcétera”.

¿QUÉ FACTORES GENERAN ESTA MANIFESTACIÓN MÁS ACTIVA?

“En primer lugar, es interesante que no lo gatilla una crisis económica. Por ejemplo, los indignados en España en un movimiento que tiene detrás el desempleo abierto de una enorme cantidad de la población y la frustración de expectativas. Acá no es eso: a pesar de haber progreso económico y crecimiento sostenido, el descontento es con la forma cómo vivimos; hay un agotamiento de una propuesta de organización de la sociedad que no toma en cuenta requerimientos mínimos de garantía de derechos básicos. Es el descontento con el abuso, con la injusticia en términos generales, con la concentración de la riqueza y los recursos en muy pocas manos y, por supuesto, una falta de canales institucionales y políticos para expresarse.

Sin embargo creo que el efecto de este periodo largo ha sido un debilitamiento de la sociedad. O sea, hay expresiones de descontento, pero muy poco de movimiento sociales estructurados, permanentes, estratégicos o con propuesta. Tenemos la sensación de que esto tiene que cambiar, pero no dialogamos sobre los caminos mediante los cuales lo podemos hacer”.

¿ESA SOCIEDAD DEBILITADA ES PARTE DE LA HERENCIA DE LA DICTADURA?

“Claro. Primero hubo un periodo largo de represión y luego no se reconstruyó eso. Yo hablo del archipiélago de la sociedad chilena, o sea, existen múltiples grupos pequeños organizados en torno a sus intereses más específicos, pero lo que hay muy poco es la forma de encontrarnos más permanentemente a los intereses de todos”.

¿ESTA PROTESTA MÁS ACTIVA SE EXPLICA EN EL CANSANCIO QUE TIENE LA CIUDADANÍA?

“Es difícil hacer un juicio tan genérico, pero yo percibo que hay mucha rabia y frustración. Por ejemplo, este sistema se basó en la provisión privada de servicios como salud y educación, y la promesa era que nos iba a generar bienestar a todos… y lo que produce no es eso. Entonces, llega un determinado momento en que eso se agota y no se percibe cómo se puede hacer una transformación efectiva, entonces se expresa de esa forma, en una pérdida de legitimidad de las instituciones, y en una crisis de confianza”.

¿QUÉ OPINA SOBRE UNA NUEVA CONSTITUCIÓN?

“Yo pienso que sí se necesita una nueva Constitución, pero no creo que eso modifique completamente lo que estamos hablando. Estos son procesos profundos, son estructuras económicas y sociales que llevan mucho tiempo instaladas de una manera radical. Hay temas como, por ejemplo, la legislación sobre los recursos naturales que en Chile tienen una regulación excesivamente neoliberal. Entonces, la Constitución tiene que reflejar una mayor presencia de la sociedad, pero tenemos que ser capaces de participar en cómo debiera ser esa Constitución y también en el desarrollo e implementación de todas esas lindas ideas que expresan las Constituciones pero que no se transforman en realidad mágicamente”.

¿SE PUEDE DECIR QUE EL ESTADO ACTUALMENTE NO FOMENTA NI FACILITA UNA VERDADERA NI EFECTIVA PARTICIPACIÓN CIUDADANA?

“Lo que hace principalmente el Estado a través de las políticas sociales es fomentar la microorganización para ejecutar pequeñas acciones comunitarias. Por ejemplo, hay una asociatividad de los adultos mayores, pero está limitada a sus temas, en su escala y en su aporte. Entonces, el Estado coloca recursos a través de proyectos para poder desarrollar algunas actividades, lo que es interesante, importante y necesario. Pero no tiene apertura para la participación de esos mismos adultos mayores en definir la política del adulto mayor y tampoco tiene un respaldo para que las organizaciones se fortalezcan, o sea, para que no sólo tengan recursos para realizar un proyecto, sino que puedan el día de mañana colaborar con otros para hacer propuestas, desarrollar acciones autónomamente o formar dirigentes. Por ejemplo, encuentros como el que se realizó en Talca se hacen muy poco hoy en día, mucho menos que en el pasado.

Debiese ser una meta de la política pública este eslabón débil que está siendo nuestra sociedad tan desarticulada, fragmentada y con tanta desigualdad en el acceso a los recursos para poder desarrollar la convivencia”.

CASOS COMO EL DE PUNTA DE CHOROS, MAGALLANES O EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL HAN FORZADO CAMBIOS EN LAS DECISIONES DE LAS AUTORIDADES ¿SON IMPORTANTE ESTAS EXPERIENCIAS COMO EJEMPLO DE PODER CIUDADANO?

“Este tipo de conflictos, en la medida que han sido capaces de revertir situaciones, son muy importantes porque demuestran que se pueden cambiar la cosas, pero también es relevante la acción comunitaria de base, que le demuestra al vecino común y corriente que se pueden hacer transformaciones. Lo movimientos que mencionas representan casos especialmente conocidos que han trascendido sus propias fronteras y que han tenido logros positivos, y desde ese punto de vista son importantes y generan mucha motivación, pero no todo tiene que desarrollarse en virtud de grandes conflictos, porque también tenemos que construir.

¿CÓMO SE EXPLICA QUE EN EL PAÍS HAY CADA DÍA MÁS ORGANIZACIONES MEDIOAMBIENTALES?

“Yo creo que hay una legitimidad muy fuerte del tema medioambiental. Hace 15 años era interés de pequeños grupos que eran vistos como gente un poco rara, pero hoy día es preocupación de todas las comunidades. Yo creo que una de las razones es que el modelo productivo que tenemos está muy basado en la explotación de los recursos naturales y ha sometido a los territorios a una presión muy fuerte. Eso no produce beneficio para las comunidades y genera muchas consecuencias negativas, entonces se multiplican los problemas de contaminación, de disputa y de agotamiento de los recursos. Existe muy poca legislación que proteja el medioambiente y sin una consideración adecuada, porque podría tener una base extractiva, pero limitándose a los de sustentabilidad”.

IMAGEN: Gonzalo Delamaza, investigador del Centro de Estudios del Desarrollo Regional y Políticas Públicas (CEDER) de la ULagos. CEDER cuenta con oficinas en Santiago y Osorno.

Fuente: Entrevista en el suplemento «Temas de Domingo» de Diario El Centro