En la provincia de Osorno, la industria agroalimentaria es reconocida por sus avances en innovación. La incorporación de ciencia y tecnología en sus procesos le ha permitido responder a los cambios de mercado y ambientales. Pero la provincia alberga también una producción tradicional de pequeña escala, de gran relevancia social, que enfrenta importantes desafíos con limitadas posibilidades de innovar. La agricultura campesina -que descansa en el trabajo familiar-difícilmente tiene capacidad para optar a los instrumentos regulares de financiamiento. ¿Cuáles son sus necesidades y propuestas en innovación rural?
En la comuna de Osorno existen más de 1700 campesinos inscritos en el municipio. Entre ellos, un segmento compuesto mayoritariamente por mujeres y adultos mayores produce hortalizas, frutales, flores, hierbas medicinales, plantas ornamentales y miel. Algunos agregan valor elaborando mermeladas, conservas, frutos secos o artesanía. Sus canales de venta son informales, en las ferias o directamente al cliente. En talleres realizados con cerca de 20 emprendedores rurales y estudiantes de agronomía pudimos conocer sus realidades, compartir conocimientos y apoyar el diseño de sus proyectos.
En la producción tienen problemas de escasez de agua para riego, mala calidad o degradación de suelos y exposición de los cultivos a las heladas. En postcosecha, la corta duración de los productos frescos, la falta de equipamiento para envasado, y baja capacidad de inversión son frecuentes. En comercialización, añoran mayor diversidad/estabilidad de puntos de venta, mayor encadenamiento con el turismo, y herramientas para el uso de plataformas digitales.
Para enfrentar estas dificultades, un concurso asociado al gobierno local financiará sus propuestas de innovación incremental en la producción o comercialización. Son proyectos de tecnificación del riego, acumulación de aguas lluvias, cultivo en microtúneles, máquinas para el secado, envasado y conservación de productos. En comercialización, desarrollo de marca y etiquetado, o implementos para el transporte y presentación. Destacan algunas iniciativas basadas en energía solar y elaboración de biofertilizantes. Responden a necesidades de incorporación tecnológica, más que innovaciones propiamente tales. Sin embargo, son proyectos de bajo costo, pero con un alto impacto local en lo social, económico, y ambiental.
A un mes de la conmemoración del día del campesino, es importante explorar nuevas rutas para potenciar una innovación agroalimentaria pertinente a cada realidad. En esto, la articulación entre pequeños emprendedores, los gobiernos locales y la universidad es clave para empezar a acortar las brechas con la ciencia y la tecnología.
Por Andrés Marín, investigador del CEDER.
*Publicada el 29 de agosto de 2024 en el Diario Austral de Osorno.