Buscando responder si existe una continuidad en el tiempo respecto a las políticas actuales en género y familia en comparación a la herencia histórica, el Observatorio de Desigualdades de la Universidad Diego Portales (UDP) organizó la primera Conferencia Internacional “Políticas Sociales y Desigualdades: Mujeres y familias en Chile y América Latina”.
El encuentro, desarrollado el 05 de septiembre del presente año, intentó poner en evidencia las actuales políticas sociales respecto a las desigualdades que afectan a las mujeres y familias en Chile y América Latina.
En la oportunidad la investigadora del Centro de Investigación Sociedad y Políticas Públicas-CISPO de la Universidad de Los Lagos, Jael Goldsmith Weil, presentó la ponencia “Ciudadanas de Leche: construyendo y regulando el Estado, 1930-2010”.
Asimismo la investigadora, Doctora en Ciencia Política (PhD) de la Northwestern University, participó en el XI Congreso Chileno de Ciencia Política “Política, diversidad y conflicto: nuevos debates a 30 años de la ACCP”. La actividad que se llevó a cabo los días 15, 16 y 17 de octubre en la Universidad Alberto Hurtado, pretendía abordar las profundas transformaciones que se han suscitado en el mundo durante los últimos años, las que se traducen en nuevos desafíos para la política.
CIUDADANAS DE LECHE
La participación de la investigadora en ambas instancias están relacionadas con el desarrollo del proyecto postdoctoral FONDECYT Nº 3140116 en curso, titulado: “Ciudadanos de Leche: Constructing the chilean state, citizen and markets through milk distribution programs”, patrocinado por el Centro de Investigación Sociedad y Políticas Públicas-CISPO.
Esta investigación examina la trayectoria de mujeres-ciudadanas y el Estado chileno a través del análisis del programa de entrega de leche estatal, desde comienzos del siglo XX hasta el presente. En sus inicios en la década del 30, los programas de salud materno-infantiles y la entrega de la leche se entendieron como proyectos organizados por los médicos y expertos “en nombre de las mujeres y futuros ciudadanos”. El Estado, de este modo, pone la labor de las madres al servicio de su proyecto modernizador. A través de interacciones periódicas con entidades estatales a nivel local, muchas mujeres -que no eran trabajadoras formales ni votantes- toman por primera vez contacto con el Estado y empiezan a entenderse a sí mismas como ciudadanas, encargadas de garantizar la entrega de servicios de salud y alimentación complementaria para sus familias.
Mediante estrategias cotidianas implementadas en centros de salud primario a nivel local, las mujeres logran que sus demandas en estas materias se cumplan y contribuyen a fiscalizar las políticas sociales dictadas a nivel central. De esta manera, operan como poderosos actores de veto contra la ola neoliberal de la década de los 80; las políticas de Estado, en estos tópicos, se hacen cautivas a sus demandas.
Tal es la influencia de este poder de veto que durante los años post dictatoriales estos programas se mantendrán casi sin cambios a pesar de que desde el punto de vista técnico hay consenso en que las condiciones que justificaron su creación ya no existían. Como resultado de esto, se observa una sorprendente continuidad de las políticas estatales a pesar de cambios radicales en el régimen político, económico y de provisión de servicios sociales del país.