El fenómeno de la desigualdad social ha sido y es un tema clave de la sociología y antropología latinoamericana. La desigualdad no es sólo un asunto de interés académico, ésta ha dado lugar a intensos conflictos sociales. En el tiempo reciente, la desigualdad social se ha convertido en un tema clave de la agenda política y las políticas públicas de los Gobiernos latinoamericanos. El libro ‘Desigualdades: tolerancia, legitimación y conflicto en las sociedades latinoamericanas’, colabora en comprender las dimensiones políticas y socioculturales de la desigualdad en diversos países de la región.
Compilado por Mayarí Castillo Gallardo y Claudia Maldonado Graus, y editado por RIL, el libro cuenta con los trabajos de destacados cientistas sociales que ponen el foco en los procesos y conflictos culturales que hay detrás de las sociedades desiguales de la región. Entre otros autores encontramos: Loïc Wacquant, Göran Therborn, Juan Pablo Pérez Saínz, Luis Reygadas, Emmanuelle Barozet, Óscar Mac-Clure, Jorge Atria, Juan Carlos Castillo, Matías Bargsted, entre otros.
INVESTIGADOR ULAGOS
El trabajo “Tolerancia a la desigualdad y justicia social. Una agenda teórica de investigación”, escrito por la Dra. Emmanuelle Barozet de la Universidad de Chile y el Dr. Óscar Mac-Clure del Centro de Estudios Regionales y Políticas Públicas de la Universidad de Los Lagos, inicia con la pregunta ¿Cómo abordar la desigualdad, no desde su medición, sino desde la comprensión de su reproducción en la vida cotidiana?
La respuesta se puede encontrar en la justificación de las desigualdades por las personas y grupos sociales en América Latina; fenómeno que puede apreciarse cotidianamente y que explica en parte por qué hay una resistencia al cambio social.
El texto de Mac-Clure y Barozet presenta y analiza el comportamiento de las personas a través de su discurso, el que incluye prejuicios y opiniones formadas en la interacción social, tendientes a reforzar y reproducir las desigualdades. Los autores señalan que las desigualdades pueden considerarse un mecanismo habitual y diario de diferenciación social, que trae recompensas como el gozar de un nivel de bienestar superior al vecino. En parte, nuestra conformación identitaria implica diferenciarse de los otros, lo que obliga a marcar fronteras y límites.
El trabajo busca determinar el carácter de justo o injusto las desigualdades de acuerdo con las ideas y sentimientos de las propias personas acerca de la justicia social. La representación subjetiva de la justicia es entendida como una construcción moral y política, tanto individual como colectiva, acerca de la distribución y redistribución de las ventajas y recursos en la sociedad, sean éstos materiales o simbólicos.
