El 22 de enero de 2021 se inaugura el Museo de Sitio de Chaitén, iniciativa gestionada por la fundación Procultura que tiene sus orígenes en 2011, tres años después de la erupción volcánica que llevó a la evacuación de los habitantes de esta ciudad. Con este proyecto se apunta a consolidar un polo científico y cultural en el centro de la provincia de Palena, a la vez que se reconoce la persistencia de sus habitantes a pesar de las decisiones tomadas de manera centralizada.
Las respuestas de las instituciones estatales al desastre volcánico de 2008 han estado desconectadas de los habitantes de este territorio agreste y remoto. Ante las dificultades de ejercer su autoridad con la misma capacidad que en las zonas centrales, el aparato público adquiere aquí un carácter especialmente duro, llegando a ser percibido como un rol en contra de las personas. En efecto, la evacuación estuvo acompañada de improvisaciones. Posteriormente, los habitantes desarraigados se mantuvieron en una espera itinerante, que poco a poco fue decantando en un repoblamiento informal de la ciudad.
La recuperación de Chaitén ha sido hecha a pulso. Los servicios públicos regresaron una vez que sus habitantes demostraron su voluntad de partir de cero, con o sin apoyo del Estado. Pero el proceso ha sido lento y ha puesto a prueba las capacidades locales. El clima, los déficits de conectividad, la naturaleza traumática del evento volcánico y el modo de abordarlo, incluyendo la propuesta de reasentamiento bajo un modelo de urbanización incoherente con la forma de habitar este territorio, son parte del contexto que se suman al centralismo y a la sensación de abandono que experimentan quienes viven en zonas poco pobladas.
Al situarse en la zona cero del desastre, el Museo de Sitio de Chaitén nos acerca al punto de vista de quien habitó y regresó a este lugar y las razones de su apego con el lugar. Pero también documenta los desafíos de la naturaleza y las barreras institucionales que hacen más difícil la recuperación del territorio y del tejido social que le da sentido. El Museo recoge este proceso, pero también advierte sobre la necesidad de conocer el medio que habitamos para tomar mejores decisiones.
Dr. Álvaro Román