Los humedales son fundamentales ya que proveen múltiples beneficios para el funcionamiento de los ecosistemas y el bienestar humano. Son reservas de agua y de diversidad de valiosas especies, son barreras que amortiguan las inundaciones y filtros naturales para las aguas, y son parte de nuestra memoria colectiva. En pandemia, los humedales que están dentro de las ciudades ofrecen oportunidades para la recreación, reconectar con la naturaleza y mejorar la calidad de vida. Recientemente el país ha avanzado hacia la conservación de estos humedales para resguardarlos de la expansión descontrolada de las urbes. Sin embargo, en la región enfrentamos aún importantes desafíos para lograr su protección efectiva.
La nueva Ley de Humedales Urbanos ha formalizado la puesta en valor de estos espacios y sus diversas funciones socioambientales. En la región son 5 los humedales incorporados en el inventario oficial, en su mayoría en la Provincia de Llanquihue. En Osorno, los esfuerzos ciudadanos para el estudio y reconocimiento de 22 humedales urbanos, en articulación con el municipio, la autoridad ambiental y la U. de Los Lagos han sido destacables. Sin embargo, la aceleración de los proyectos habitacionales particularmente en el sector oriente de la ciudad, acusan la falta de celeridad en la implementación de la normativa que proteja estos espacios. Esto podría fomentar una evasión de la evaluación ambiental de los proyectos y de las necesarias medidas de mitigación. Es imperativo que las autoridades competentes apresuren la incorporación de estos sitios si queremos preservarlos y evitar una mayor degradación.
La tarea no se termina en la declaratoria y protección legal de los humedales urbanos. Lamentablemente, la Ley establece que las medidas de gestión de estos ecosistemas no son obligatorias. Entonces, el rol de las autoridades locales, el sector inmobiliario y los habitantes, y la incorporación del tema en los planes reguladores será determinante. Para una efectiva protección y uso racional de los humedales es requisito articular mecanismos de participación y gobernanza de largo plazo, para que con el debido financiamiento existan espacios de diálogo y resolución de conflictos entre los distintos intereses en juego. El cambio climático y la actual pandemia nos invitan a redefinir relaciones de colaboración entre actores sociales y con los ecosistemas, para que nuestro disfrute de los humedales no se haga humo.
Dr. Andrés Marín Ricke
Nicolás Pizarro, Red Ambiental Ciudadana de Osorno