En el marco de una nueva sesión del Grupo de Estudios Sociales sobre Alimentación (GESA), instancia colaborativa de investigadores/as de la U. de Los Lagos, la U. de Chile y la U. Católica se presentaron los investigadores del Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (Rimisp), Dr. Rodrigo Yáñez y Dr. Benjamín Jara.
La actividad se realizó el 17 de octubre de manera “híbrida” en el edificio del CEDER de la Sede Santiago. La ponencia “Inseguridad alimentaria a través del lente de la pobreza multidimensional: evidencia de Chile” mostró los avances de un estudio que comenzó a principios de este año, en el cual también participan Carolina Olcay, José Navea y Gustavo Ahumada.
Rodrigo Yáñez es doctor en Sociología por la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS), es integrante de la Comisión Experta Asesora Presidencial para la actualización de la Medición de la Pobreza, y director de la Oficina Chile de Rimisp; Benjamín Jara es doctor en Economía Agraria, Ambiental y del Desarrollo por The Ohio State University.
Según los investigadores, la pandemia aumentó los índices de inseguridad alimentaria en muchos países, principalmente de África y de algunas regiones de América Latina, los cuales tuvieron que enfrentarse a esta nueva realidad. En el caso de Chile retornaron estos temores que en el siglo XXI parecían haberse alejado.
“Las cifras de inseguridad alimentaria en la última parte de la historia chilena, demuestran que ha estado presente, pero es una realidad que no se le da el suficiente énfasis; es lo que hemos estado trabajando en Rimisp y esta investigación quiere ponerlo en evidencia”, expresó Rodrigo Yáñez.
Respecto a las conclusiones preliminares, señaló que el estudio “revela una relación a través del tiempo entre las dimensiones de la pobreza multidimensional y la inseguridad alimentaria, enfatizando que la vivienda, el trabajo y las redes sociales impactan significativamente en la seguridad alimentaria en Chile”.
Agregó que la introducción de instrumentos específicos en el análisis “permite establecer vínculos causales, demostrando que las deficiencias en estas dimensiones de pobreza aumentan la probabilidad de inseguridad alimentaria, especialmente cuando se consideran los precios de los alimentos”.
Asimismo, precisó que las políticas públicas “se enfocan predominantemente en salud y educación, dejando vacíos en el abordaje de dimensiones más influyentes. La falta de intervención estatal efectiva en las dimensiones de vivienda, trabajo y redes sociales evidencia la no institucionalización de la inseguridad alimentaria en estas dimensiones. Estas dimensiones están asociadas con el aumento de la informalidad y problemas de vivienda, lo que agrava la inseguridad alimentaria”.
“Además -puntualizó- las interconexiones entre estas dimensiones sugieren la necesidad de políticas públicas multisectoriales que aborden conjuntamente la vivienda, el empleo y las redes sociales para mejorar la seguridad alimentaria”.
A su vez, aseguró que “la dependencia del estudio en dos encuestas transversales limita la exploración de relaciones causales a lo largo del tiempo y puede excluir dimensiones críticas no observadas como cambio climático o informalidad”.
Por último, remarcó que “se necesitan indicadores robustos para evaluar el impacto de las políticas sobre la inseguridad alimentaria”.
La presentación de los investigadores del Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (Rimisp) se puede revisar en el siguiente link: https://youtu.be/D5iOl7j30c4.