Diversos estudios han indicado una correlación entre el inicio de la pandemia en Marzo de 2020 y la reducción de gases de efecto invernadero. Corinne Le Quéré y colaboradores muestran que los confinamientos forzados gracias a políticas gubernamentales, junto al cierre de muchas fronteras internacionales, han producido cambios importantes en el transporte y en los patrones de consumo de la sociedad. Se estima que “las emisiones globales diarias de CO2 disminuyeron en un 17% (–11 a –25% para ± 1?) a principios de abril de 2020 en comparación con los niveles medios de 2019”.
Sin embargo, Inger Andersen – directora del Programa del Medio Ambiente de las Naciones Unidas, ha advertido que estos efectos son temporales, y que es necesario “un cambio profundo y sistémico hacia una economía más sostenible que funcione tanto para las personas como para el planeta”.
Pasados 6 meses desde el inicio de la pandemia COVID-19, seguimos asistiendo al debate sobre la reactivación de la economía de diversos países, con el pretexto de volver a ‘normalidad’. El dilema parece ser: ¿cómo superar una crisis económica agravada por el COVID-19, que exacerba las disparidades socioeconómicas y raciales, dentro de los países y regionalmente? ¿Vivir los 6 meses de pandemia permitió a la sociedad repensar nuestro patrón de consumo y nuestras estrategias de desarrollo para un mundo más equilibrado desde el punto de vista ambiental y social?
La historia reciente ha mostrado que los llamados países ‘ricos’ se resisten a asumir su responsabilidad en la reducción de los efectos globales de su patrón histórico de emisiones de gases invernadero. Son justamente estos países los que con más fuerza desean una rápida reactivación de la economía, deseo que es seguido por otro centenar de países en desarrollo.
Sabemos que la política nacional e internacional cumple un importante rol en el cambio hacia a una economía de bajo carbono. Sin embargo, también existe un rol en cada uno de nosotros como ciudadanos que nos invita a actuar frente a los fenómenos que marcan este siglo XXI, como lo es el cambio climático y la pandemia COVID-19. Hoy, más que nunca, necesitamos la acción de todos para crear un nuevo modo sostenible de vivir para todos en ese planeta.
Sabemos que la política nacional e internacional cumple un importante rol en el cambio hacia a una economía de bajo carbono. Sin embargo, también existe un rol en cada uno de nosotros como ciudadanos que nos invita a actuar frente a los fenómenos que marcan este siglo XXI, como lo es el cambio climático y la pandemia COVID-19. Hoy, más que nunca, necesitamos la acción de todos para crear un nuevo modo sostenible de vivir para todos en ese planeta.
Allan Yu Iwama