Investigador de CISPO presenta estudio acerca de la elite económica en Chile
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Óscar Mac-Clure, académico de la Universidad de Los Lagos e investigador de CISPO, y Emmanuelle Barozet, académica de la Universidad de Chile, presentaron en el XVIII Congreso Mundial de la Asociación Internacional de Sociología, los resultados de una investigación que indaga sobre “lo que los chilenos saben y dicen del 1% más rico del país”. El Congreso fue realizado en Yokohama, Japón, entre el 13 y el 19 de Julio del 2014, y contó con la participación de 6.087 investigadores de 105 países.

La ponencia titulada “Judgments about Inequality and Economic Elite among the Middle Classes: Discontents and Sociology of Critique”, fue presentada en la mesa conjunta de los grupos de trabajo ‘Estratificación social (RC28)’ y ‘Economía y sociedad (RC02)’, titulada “Structural Mechanisms and Historical Contingencies: Global Stratification and its Discontents”.

La investigación es parte del proyecto Fondecyt Nº 1130800 “Del juicio crítico micro a la crítica sistemática: para una sociología de la crítica en Chile” (2013-2015), liderado por el profesor Óscar Mac-Clure y del cual es co-investigadora la académica Emmanuelle Barozet. Esta investigación contó además con el apoyo de Ana María Valenzuela, candidata a Doctora en la Usach, Magaly Mella, doctorante de la Universidad del Biobío y Cristóbal Moya, estudiante de pregrado de sociología de la Universidad de Chile.

La investigación constituye uno de los proyectos de continuación de la iniciativa ‘Desigualdades’ (www.desigualdades.cl), junto con el proyecto Fondecyt 1130276 “Justicia social y tolerancia a la desigualdad: análisis subjetivo de la diferencia social en un régimen neoliberal maduro” (2013-2015).

LA INVESTIGACIÓN

La ponencia presentada en el Congreso de Yokohama da cuenta de los resultados preliminares de una investigación que intenta rescatar la percepción de la clase media chilena respecto de la élite socioeconómica, el 1% de nuestra sociedad. El surgimiento global de la clase media ha creado un renovado interés por la sociología debido al rápido crecimiento y los desafíos sociopolíticos que las nuevas clases medias plantean ¿Cómo se identifica a la elite socioeconómica y qué opinión tiene la clase media sobre la misma? ¿Cómo la califican y cómo toleran las desigualdades que encarna ese 1%? ¿Surge una percepción de injusticia, descontento, crítica?

Sentimientos y percepciones escasamente investigados que emergen en situaciones de interacción social, que fueron estudiados utilizando una metodología basada en juegos.

De este modo, se trabajó con grupos diferenciados según su pertenencia a diversos estratos de la clase media, de acuerdo a la ocupación, y distinguiendo el territorio donde trabajan y viven. El ejercicio de simulación se realizó con 18 grupos de participantes, en tres ciudades chilenas: Santiago, Concepción y Chillán. En cada ciudad, se realizaron seis juegos de simulación con participantes pertenecientes a la clase media y a la clase obrera chilena.

En cada juego de simulación se solicitó a los participantes descubrir la identidad de los integrantes del 1 % que más dinero gana en Chile, un personaje de la elite socioeconómica tradicional y otro de la elite de movilidad reciente. Se buscaba con ello pesquisar los conocimientos que poseían los participantes y sus juicios respecto de esta elite; percepciones y apreciaciones que nutren y dan sentido a las clases medias, que reproducen desigualdades o las desafían.

¿Qué opinan los chilenos sobre el 1% más rico?

En Chile la concentración y acumulación de la riqueza es objetivamente un problema, debido a que impide una distribución equitativa de los recursos entre todos los integrantes de la nación. Esto tiene por consecuencia el empeoramiento progresivo de las condiciones de vida de la población en su conjunto, debido a que la posibilidad de tener un crecimiento sostenido se ve amagado por los efectos negativos de la inequidad sobre la inversión en capital humano y la productividad de la economía, así como las amenazas que ella supone para la estabilidad social y política futura.

Se podría pensar que son las clases más explotadas las que poseen mayor conciencia de su situación de precariedad social y de la acumulación de riquezas, pero esto no necesariamente es así. Las críticas de los sectores populares hacia las elites son poco habituales. Ello por diversas razones. Por una parte, hay asimetría de información y límites cognitivos. Además, quienes perciben menores ingresos tienen menor conocimiento sobre las elites económicas chilenas porque se comparan preferentemente con los más cercanos y experimentan una situación socioeconómica en la cual se considera privilegiado a quien percibe un ingreso de nivel medio.

La falta de acceso a educación de calidad y la participación en círculos sociales restringidos, entre otros factores, explican que los sectores populares nacionales no tengan una visión acabada sobre quiénes son los que ganan más dinero en Chile. “Para los más pobres una persona que gana mucha plata es una persona que gana 1 millón de pesos”, afirma la investigadora del Departamento de Sociología de la U. de Chile, Emmanuelle Barozet.

Las clases medias en Chile están algo más preparadas e informadas sobre la excesiva acumulación de las elites chilenas. “De acuerdo a nuestros estudios anteriores, hay más expresiones críticas hacia la desigualdad en sectores de clase media que entre los trabajadores manuales no calificados y la investigación lo confirma”, afirma el profesor Mac-Clure. Las expresiones críticas provienen de integrantes de las clases medias chilenas que han tenido acceso a mayor información y a una educación de mejor calidad.

Entre los chilenos “comunes y corrientes” no se visualiza que ganar y acumular mucho dinero sea un problema, si es que se obtiene de acuerdo a las reglas del juego establecidas, es decir respetando una justicia de los procedimientos. Esto ha sido demostrado por la investigación, “las personas no visualizan a la élite económica como la encarnación de las desigualdades ni critican a los integrantes de la élite por sus recursos, sino que cuando sospechan que pueden haber llegado a su posición elevada en la sociedad por herencia o por sus redes de contactos y sobre todo cuando sienten que discriminan a los demás”, concluye el investigador de CISPO Óscar Mac-Clure.

ALGUNOS DATOS

En Chile tenemos cuatro multibillonarios según el ranking de la revista Forbes. Tres de ellos dentro de los top 100. De menor a mayor: Sebastián Piñera ($2,4 billones de dólares), los hermanos Matte ($10,4 billones), Horst Paulmann y su familia ($10, 5 billones) y la familia Luksic ($19,2 billones). Cuatro familias que tienen una fortuna personal de $ 42,5 billones de dólares. Los cuatro países nórdicos, con una población total de 25 millones de personas y un PIB (ajustado por poder de compra) cuatro veces mayor que el de Chile, tienen el mismo número de familias que Chile en la lista Forbes de los 100 más ricos multi-billonarios.

La fortuna de estas cuatro familias chilenas equivale al ingreso anual del 80% de la población de Chile.

En “La ‘parte del león’: Nuevas estimaciones de la participación de los súper ricos en el ingreso de Chile”, texto de investigación sobre cómo está repartida la riqueza en nuestro país, los economistas Ramón López, Eugenio Figueroa y Pablo Gutiérrez, nos entregan cifras decidoras.

Los autores establecen que una pequeña minoría, los súper ricos, se llevan realmente la “parte del león”, en alusión a la fábula de Esopo, donde un león caza en compañía de otros animales, pero termina quedándose con toda la presa porque es el más fuerte.

De acuerdo a los datos de esta investigación, el país que conformamos el 99% de los chilenos y el 1 % de ricos presenta mayor concentración de la riqueza que gran parte del mundo capitalista. Ni en Estados Unidos ni en Japón ni en Inglaterra el 1% de la población de un país goza de tanta participación de la riqueza de su propio país.

Afirman los autores: “Aún en base a una estimación conservadora del ingreso de los súper ricos, su participación en el ingreso personal total es extraordinariamente alta, llegando a más de 30% del PIB para el 1% más rico, 17% para el 0,1% más rico y más de 10% para el 0,01% más rico en promedio durante el periodo 2004-2010. En términos internacionales estas son las más altas participaciones que se conocen. Aun excluyendo ganancias de capital o utilidades retenidas, la participación del 1% más rico es la más alta registrada dentro de una lista mucho más amplia de alrededor de 25 países para los cuales esto se ha medido”.

Los autores precisan: “El 1% más rico de Chile recibe 2,6 veces más ingresos como proporción del ingreso total del país que lo que en promedio recibe el 1% más rico en los siete países para los cuales existen datos que incluyen ganancias de capital para el periodo considerado. Más aún, mientras que el 0,1% más rico en Chile se lleva cuatro veces más que el promedio de la muestra de países, el 0,01% más rico se apropia de casi seis veces (5,8) de la proporción de la que se apropia el 0,01% más rico en los otros seis países de la muestra”.