Si el financiamiento de los costos de hospitalización sigue la lógica actual, una vez el país salido de la crisis del COVID, Chile va a tener otro tremendo problema, como una tercera ola después de las dos primeras sanitarias. Además de los chilenos que habrán perdido su empleo o su negocio y los que habrán perdido familiares o amigos, deberemos agregar los que no podrán asumir estos costos.
De los 120 000 que han tenido el coronavirus, el 60% ha desarrollado uno o varios síntomas necesitando medicación y la mitad de aquellos ha tenido que hospitalizarse. Algunos por unos días, otros por más tiempo. Para estas familias, el costo será enorme y la mayoría no podrá asumirlo, las ISAPRES (la mayoría de los enfermos no cotizan en este sistema) y FONASA tampoco, a pesar de las medidas excepcionales. Si bien estas instancias costearán parte del gasto, el remanente será para muchos imposible solventar.
¿Qué pasará entonces? Más desesperación, más deudas, más pobreza, más protesta y sus consecuencias… ¡Nadie quiere esto! Podríamos entonces intentar adaptar ejemplos de países que tienen un sistema nacional y público de seguro social. Su presupuesto viene de los impuestos pagados por trabajadores y empleadores. Cuando ocurre un desastre como el actual, el Estado asume este gasto y lo reparte en la recaudación de impuestos del año siguiente lo que significa un aumento proporcional de aquellos en función de los ingresos. Esto evita agudizar los problemas de los que ya sufrieron directamente los efectos de la pandemia. Una precisión importante: estoy pensando exclusivamente en el impuesto sobre la renta que paga más o menos el 50% de los ciudadanos. Los ingresos de la otra mitad no alcanzan para impuestos lo que, igualmente, revela la cruda realidad que vive el país. Lo peor sería aumentar el IVA, probablemente el impuesto más desigual que existe. Chile puede, como muchos otros países, gestionar eficientemente estos fondos y así mostrar empatía y humanidad, evitando el empobrecimiento de una parte importante de la sociedad y la aparición de una tercera ola más desastrosa que las precedentes.
Patrick Puigmal, Doctor en Historia, CEDER Ulagos
Columna de opinión publicada en el Diario Austral de Osorno el día 11 de Junio de 2020
