En tiempos de pandemia la organización de las labores se ha transformado profundamente. Sin embargo, los rubros declarados como esenciales no han podido detener su producción, entre éstos se encuentran las actividades agrícolas, que requieren de la contratación de un alto número de “trabajadores/as temporales” que circulan de norte a sur por nuestro país.
En las catástrofes y, en este caso, en pandemia, se pone de manifiesto las malas condiciones laborales los/as temporeros en movimiento, muchas veces invisibles por la opinión pública y las autoridades. Lo anterior nos trae a la memoria el conteiner de temporeras arrastrado por el aluvión en Copiapó el año 2015. Y en la actualidad la preocupación de las autoridades locales por la llegada de trabajadores/as que por el tiempo de cosecha habitan en las localidades en “campamentos”, situación que constata el alcalde de Curicó, al declarar que no cuentan con medidas de fiscalización ni protocolos sanitarios y que a la hora de emplazar a las autoridades regionales y centrales que atienden las condiciones laborales y sanitarias de los trabajadores de nuestros país, señalan desconocer la existencia del problema.
Esta situación, que afecta a las zonas rurales cada año durante los meses estivales, debe dar pie para hacernos cargo seriamente de las condiciones laborales de las y los temporeros de nuestro país, los que viven día a día el hacinamiento en el transporte en furgones y la precariedad de viviendas de tipo “campamentos” improvisados por los contratistas del agro.
En el caso de la Región de los Lagos, este tema central dado el alto número de trabajadores que llegan a localidades rurales fuertemente afectadas por contagios de COVID – 19 y que al ser invisibilizado dificulta la activación de protocolos sanitarios de cuidado en un rubro que es indispensable para seguridad alimentaria de nuestro país. Es por esta razón, que urge que se actúe oportunamente para proteger la vida de las trabajadores/as y de los/as habitantes de las localidades donde estos campamentos se instalan, de manera de asegurar la continuidad el buen desarrollo de la actividad agrícola.
Dra. Daniella Gac Jiménez