Un grupo de investigadores realizó un registro fílmico, fotográfico y de georreferenciación, para promover la declaratoria de Monumento Histórico Nacional de la ruta del Ejército de Los Andes y apoyar la iniciativa del estado argentino de postular ante la UNESCO las rutas sanmartinianas como patrimonio de la humanidad.
Con el objetivo de poner en valor histórico y cultural el recorrido que hace 204 años realizó el Ejército de Los Andes a través de la cordillera, un grupo de profesionales de diversas áreas, en una expedición histórico-científica, vivió por siete días el mismo trayecto, a más de 3,370 metros sobre el nivel del mar.
En este marco, el investigador del CEDER y Director de la Sede Santiago de la Universidad de Los Lagos, Marcel Thezá, recorrió a caballo en el mes de febrero, junto a los arrieros de la localidad de Putaendo, el Municipio de Putaendo, la Fundación Napoleón y la Fundación Senderos Culturales, la ruta que utilizó el ejército libertador en 1817 desde el paso Las Yaretas en Argentina hasta la zona de los Patos en Putaendo.
El propósito de esta expedición fue hacer un registro detallado (fílmico, fotográfico y de GPS) de la misma ruta que el ejército multiétnico y multinacional llevó a cabo bajo la conducción de Miguel Estanislao Soler, Bernardo O’Higgins y José de San Martín y que permitió el paso de 3.500 soldados y 1.200 milicianos orientados por 25 arrieros.
Este material contribuirá a la elaboración de un expediente que permita postular esta ruta ante el Consejo de Monumentos Nacionales como “Ruta – Monumento Nacional”. Así también respaldar la postulación que el estado argentino está efectuando ante UNESCO para declarar las rutas sanmartinianas como patrimonio de la humanidad.
Para Marcel Thezá, esta actividad fue muy significativa en todos los planos. “En el plano personal es un reencuentro maravilloso con la montaña, la que tiene que dejar de ser un espacio extraño y de frontera para integrarse en nuestro imaginario territorial de manera más natural, dado lo mucho que ella nos aporta en biodiversidad y humanidad. Recuerdo a nuestro escritor Manuel Rojas quien se refería frecuentemente a la importancia de la montaña como inspiradora de la humildad y la sobriedad frente a la belleza absoluta. En el plano académico es un acto de colaboración con diversas instituciones y actores sociales con la finalidad de poner en valor el reconocimiento de la montaña y de la fabulosa historia acontecida en ella”, expresa.
Asimismo, recalca que “en tiempos en que los temas de la alteridad y el diálogo intercultural ocupan parte importante de nuestras reflexiones ciudadanas, es relevante destacar que la Independencia de Chile, en parte importante, fue fruto de un ejército internacional liberal –con presencia chilena, argentina, europea, de población afrodescendiente, arrieros, entre otros– quienes movidos por un ansia de libertad se unieron en un propósito común”.
Uno de los integrantes del equipo fue el profesor de Historia y actual secretario Comunal de Planificación de la Municipalidad de Putaendo, Mauricio Quiroz, quien buscaba definir con mayor exactitud cuáles eran las toponimias asociadas a la ruta.
“Es indispensable avanzar en una declaratoria que reconozca el valor histórico-estratégico central que tuvieron estas rutas, entre otras cosas, por la hazaña histórica que implica; San Martín en 1814 había ideado lo que se denomina el Plan Continental y había definido trasladarse a Mendoza, crear un pequeño ejército, cruzar la cordillera y liberar Chile y Perú, es decir, es parte del proceso emancipador de las colonias españolas de principios del siglo XIX, y que por tanto, constituye una capa histórica relevante para el nacimiento de las repúblicas en América del Sur”, afirma.
Agrega que además, “esta rutas cordilleranas son ancestrales y hoy en día se siguen ocupando porque son algo vivo; la montaña no está vacía, contiene historia, petroglifos, tambillos, tambos y también la actividad de los arrieros que se inició hacia el siglo XVII y se ha mantenido por todo este tiempo”.
También fue parte de la expedición el profesor de Historia y Geografía y director de la Fundación Senderos Culturales, Gonzalo Gajardo quien principalmente busca que se reconozca como patrimonio los ecosistemas que habitan en la montaña.
“Como Fundación, una de las cosas que nos hemos propuesto es propender a la resignificación de la montaña ética y culturalmente, en la región y a nivel general. Ir a la montaña es necesario pero también reconocerla; volver a entender su significado cultural y lo que significa simbólicamente para nosotros. Eso es importante porque la imagen de la montaña que está instalada hoy en día es que es un desierto donde se puede hacer lo que sea y eso no es así”, asegura.
Por ello, subraya, “es muy importante sumarse a esos esfuerzos y ver en la montaña un espacio patrimonial que nos haga sentido de memoria, de un pasado común y que nos explique de alguna manera qué somos como sociedad. El hecho que un ejército haya atravesado Los Andes es una gesta única, no solo en la historia militar sino en términos civilizatorios, pero no es solo el paso de un ejército para combatir a otro por una geografía accidentada, es el ensanche de las fronteras de la naturaleza conocida hasta ese momento, esa es su importancia”.
La expedición fue guiada por arrieros de la localidad de Putaendo, liderados por Freddy Moreno, quien agradece la iniciativa. “Desde hace mucho tiempo hemos estado buscando la fórmula de proteger no tan solo la ruta sino que toda la cordillera. Hay proyectos mineros transnacionales que no les interesa la flora y la fauna o secar los ríos, por eso es muy importante para nosotros que el equipo que realizó la expedición le interese esta zona porque el reconocimiento de la ruta es solo el primer paso”, expone.
Freddy Moreno ha sido testigo de cómo ha cambiado el paisaje en la zona en los últimos años debido al cambio climático. Plantea que “la sequía ya no es un tema temporal, 2019 fue un año terrible porque hubo graves daños al ecosistema y fue muy impactante: hubo muerte de árboles, desaparecieron humedales, lagunas y el caudal del río bajó significativamente. Por eso es importante mantener esto y preocuparnos ahora, no en 20 años cuando no haya nada que hacer”.
Por otro lado, las investigaciones que por más de 20 años ha realizado el Vicerrector de Investigación y Postgrado de la Universidad de Los Lagos, Patrick Puigmal, quien particularmente ha seguido el rastro de los soldados del Ejército Napoleónico que se integraron a la fuerza libertadora en 1815, fue una de las razones que motivó a la Fundación Napoleón a apoyar la iniciativa.
Marc Turrel, periodista, fotógrafo e historiador francés y delegado de la Fundación Napoleón en Chile, quien también integró la expedición, sostiene que la travesía del Ejército de Los Andes es similar o incluso más compleja a lo que hizo Napoleón en Los Alpes cuando cruzó hacia Italia. “Acá las montañas son más impactantes y es más difícil el acceso, también son más complicadas las condiciones del clima y la altura, por tanto, fue muy emocionante participar en la expedición y recorrer esos paisajes, incluso con una nevazón, tratando de rehacer la ruta pero con un sentido histórico porque queríamos sentir lo que vivieron durante esta travesía que, además, fue la continuación del acto que hicimos en Achupallas a inicios de febrero para celebrar a los oficiales napoleónicos”, precisa.
En esa línea, aclara que es muy relevante para Francia que se reconozca el aporte de los soldados napoleónicos en la gesta emancipadora. “Este aporte ha sido desestimado y olvidado en la historia y es por ello que para el bicentenario de la muerte de Napoleón el próximo 5 de mayo, que se va a conmemorar a nivel mundial, queremos recordar esta gesta, enfatizar y poner en valor el gran aporte de los soldados napoleónicos para la liberación de Chile”, indica.
Agrega que “creemos que Chile tiene alguna deuda con estos soldados y oficiales y nosotros muy humildemente, y a través del trabajo histórico que desde hace años realiza Patrick Puigmal, que ha sido el fundamento de nuestra acción, queremos decir que aún falta darle esa importancia”.
Junto con ello, enfatiza que “hay méritos suficientes para presentar en ambos casos esos antecedentes; pienso que tenemos que reescribir una historia porque no solo fueron O’Higgins y San Martín sino que fue un conjunto de personajes que no han sido suficientemente valorados”.
Para Patrick Puigmal la iniciativa es muy oportuna y necesaria. “La ruta de Los Andes hay que considerarla como un monumento histórico vivo, a través del cual se realizó una hazaña, porque no hay tantos ejemplos en la historia del mundo de ejércitos que cruzan montañas y de manera muy exitosa. Además, eso permite también valorar un valle y una región y darle aún más atracción cultural y turística”, asevera.
Respecto de sus investigaciones, detalla que “es evidente que hay un cierto número de militares napoleónicos en el Ejército de Los Andes; este Ejército es una mezcla bien extraña porque de más o menos 6 mil hombres alrededor de 4 mil a 5 mil eran argentinos, de los cuales la mitad son negros, mulatos, esclavos o libres; unos 400 eran chilenos y después hay una serie de personajes españoles, franceses, ingleses, alemanes, suizos, es decir, hay un poco de todo”.
Por último, acota que “esos personajes juegan un papel no menor porque en general tienen una experiencia militar mayor a la experiencia de los oficiales de la Independencia; ellos preparan los diferentes lugares a través de los cuales entran a Chile, preparan la artillería, forman algunos regimientos o batallones”.
El equipo espera volver pronto a la montaña en una segunda etapa, con el objetivo de realizar un levantamiento arqueológico y antropológico, que permita registrar restos o vestigios de los campamentos del Ejército de Los Andes.