En una nueva sesión del Grupo de Estudios Sociales sobre la Alimentación (GESA), realizada el pasado 31 de julio en modalidad híbrida desde el CEDER de la Sede Santiago de la Universidad de Los Lagos, la socióloga y académica de la Universidad de Chile, Dra. Daniella Gac, presentó los avances de su investigación sobre la expansión de la energía fotovoltaica en territorios rurales y su tensión con la soberanía alimentaria.
La sesión, titulada “Expansión fotovoltaica en territorios rurales y su tensión con la soberanía alimentaria: tierra, agua, energía y transformación de los modos de vida rurales”, se enmarca en el proyecto de investigación “Alternativas para las Comunidades Rurales: Agrovoltaica como enfoque innovador para la producción agrícola y energética de los pequeños agricultores y la soberanía alimentaria”, financiado por la Universidad de Chile y co-investigado junto a Ámbar García.
Transición energética
La investigadora comenzó contextualizando el auge de las energías renovables no convencionales (ERNC) en Chile, particularmente a partir del Acuerdo de París (2015), y cómo esto ha impulsado la instalación masiva de parques solares en zonas rurales.
“Empezamos a ver la instalación de un número significativo de paneles fotovoltaicos en territorios rurales y nos preguntamos: ¿qué significa esto para las comunidades? Si ya no tienen agua, si deben dejar de producir alimentos, ¿es esta una oportunidad o una amenaza?”, cuestionó la Dra. Gac.
Si bien reconoció la urgencia de avanzar hacia una matriz energética más limpia, la investigadora enfatizó que esta transformación está ocurriendo sin una planificación territorial integral ni participación efectiva de las comunidades afectadas.“Lo que tenemos hoy es la tensión entre el cumplimiento de metas globales de descarbonización y la necesidad de atender las realidades locales”, afirmó.
El caso de Catemu
Uno de los ejes centrales de la presentación fue el caso de la comuna de Catemu, en la provincia del Aconcagua, Región de Valparaíso, donde la instalación proyectada de 240.000 paneles solares sobre 284 hectáreas de suelo agrícola de alta calidad ha generado preocupación entre autoridades locales y agricultores.
“Catemu tiene una vocación agrícola clara. Hoy se ve tensionada no solo por la agroindustria y la minería, sino ahora también por los proyectos energéticos. Esto está transformando las dinámicas locales de manera acelerada”, sostuvo.
La académica mostró mapas e información territorial que evidencian cómo tierras cultivables están siendo ocupadas por proyectos energéticos, muchas veces sin un análisis riguroso sobre sus impactos socioecológicos. “Es distinto tener un campo de alfalfa, con personas circulando, que tener un campo de paneles solares. Hay efectos en la temperatura, el paisaje, el ecosistema y en los modos de vida”, indicó.
Asimismo, la Dra. Gac criticó la fragmentación institucional que impide abordar esta problemática de manera integral. A través de entrevistas con actores del Ministerio de Energía, Agricultura, gobiernos regionales y municipios, constató la falta de mecanismos de coordinación entre sectores clave.
“No existe una discusión real entre política energética y políticas rurales o de seguridad alimentaria. La intersectorialidad es hoy un problema estructural”, subrayó.
También denunció la invisibilización de los saberes locales y la falta de participación ciudadana efectiva en los procesos de evaluación e instalación de estos proyectos. “Cuando hay tierra disponible, se ocupa. No hay una preocupación de qué va a pasar con quienes habitan esos territorios, qué pasa con sus formas de vida, su empleo, su cultura”, remarcó.
Energía agrovoltaica
El proyecto de investigación busca estudiar formas más equilibradas de producir energía sin sacrificar la agricultura. Una de las apuestas es la agrovoltaica (Agri PV), que consiste en instalar paneles solares elevados sobre cultivos, permitiendo la coexistencia entre producción energética y alimentaria.
Sin embargo, la Dra. Gac advierte que esta solución enfrenta desafíos técnicos y económicos importantes: “El problema es que los fondos actuales no cubren el capital inicial necesario para estos sistemas. Hay voluntad, pero aún falta infraestructura, recursos y políticas adecuadas para impulsarlo”, aseguró.
La investigadora cerró su exposición enfatizando que la transición energética no puede ser pensada solo desde el centro o desde lo técnico, sino que debe incorporar las perspectivas rurales, campesinas y territoriales.
“Se sigue reforzando la desigualdad histórica entre grandes actores privados y comunidades campesinas. Necesitamos poner esta discusión en el centro de las ciencias sociales críticas rurales en Chile y América Latina”, cerró.
Daniella Gac es socióloga, doctora en Ciencias Sociales y académica de la Universidad de Chile. Su trabajo se ha centrado en las transformaciones territoriales rurales, con énfasis en justicia social, soberanía alimentaria y reconversión productiva.
Link de la presentación: https://youtu.be/NSpnlipPnWU.