Investigadora describe importantes cambios en la nutrición de mexicanos/as en la primera mitad del siglo XX
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  • La académica de la Universidad Moravian de Pensilvania, EEUU, Dra. Sandra Aguilar, expuso en el ciclo de conversatorios que organiza el Grupo de Estudios Sociales sobre Alimentación (GESA).

 

El 5 de septiembre se realizó de manera “híbrida” una nueva sesión del Grupo de Estudios Sociales sobre Alimentación (GESA), instancia colaborativa de investigadores/as de la U. de Los Lagos, la U. de Chile y la U. Católica. En el edificio del CEDER en Santiago, se presentó la académica del Departamento de Historia de la Universidad Moravian de Pensilvania, EEUU, Dra. Sandra Aguilar.

La Dra. Aguilar es Licenciada en Educación de la Universidad del Claustro de Sor Juana, México; Máster en Filosofía de la Universidad de Oxford, RU; y Doctora en Educación por la Universidad de Manchester, RU. Es experta en historia colonial y moderna de América Latina y México. También en temas de raza, alimentación, clase y género en América Latina.

En su presentación “Criando niños sanos y fuertes: Nutrición, raza y género en el México posrevolucionario”, expuso la idea central de sus investigaciones, que se centran en la comida y las costumbres alimentarias de México -desde la perspectiva de las mujeres principalmente- entre 1920 y 1960, y analizó algunas publicaciones y discursos de la época sobre nutrición y las prácticas cotidianas en ese y otros ámbitos.

Asimismo, profundizó en cómo la cocina y la alimentación se convirtieron en un espacio para definir y transformar a la clase trabajadora mexicana, y las implicaciones de este proceso en la reproducción de la raza y el género.

Para ello narró pasajes y mostró algunas ilustraciones del texto “Libro para la madre mexicana” de 1933, que fue escrito por un grupo de médicos, entre ellos Manuel Martínez Báez y Francisco de Paula Miranda, y fue sugerido por la primera dama Aída Sullivan de Rodríguez -esposa del Presidente Abelardo Rodríguez (1932-34)-, y cuyo objetivo era educar a las mujeres y reducir la tasa de mortalidad infantil, además de mejorar la nutrición: “La dieta de los mexicanos debía cambiar para mejorar”, señala la investigadora.

“La percepción de que la dieta de las clases trabajadoras y campesinas era insuficiente y en muchos casos inferior, prevaleció entre médicos y profesionales de la salud en el México posrevolucionario. El objetivo de las políticas públicas fue modificar la dieta del pueblo y en particular la dieta infantil”, relata.

En esa línea, agrega que el fin del libro era “mostrar la relevancia que la alimentación infantil tomó al convertirse en un elemento fundamental en el desarrollo del país”.

La presentación de la Dra. Aguilar se puede ver en el siguiente link: https://youtu.be/2AxCcPA-nqg.